domingo, 6 de diciembre de 2009

EXAMEN DE FILOSOFÍA.Cuestiones resueltas.(IV).3ªCUESTIÓN.

3ª. Redacción: Conocimiento y gobierno en Platón.

(Aquí dejo un esquema de cómo podría estructurarse una redacción).

Podríamos empezar con estas o parecidas preguntas:

Se nos pide en esta redacción que realicemos una reflexión sobre el conocimiento y su relación con el gobierno en la filosofía de Platón. Pero, ¿en qué consiste esta posible relación? ¿Tal vez haya que adquirir un determinado tipo de conocimiento especial para poder gobernar? ¿Acaso no puede gobernar cualquier componente de la polis?. (Si re resulta complicado comenzar así, puedes hacerlo de esta otra manera.)
En el momento de empezar a redactar conviene señalar adónde queremos llegar, cuál es el propósito de nuestra redacción. En este caso es muy claro: establecer la relación entre el conocimiento y la función de gobierno. Este es el problema planteado. La filosofía y la política son el tema fundamental, y por tanto, tenemos que ser capaces de tejer un hilo conductor que nos muestre la importancia del conocimiento para poder desarrollar una justa labor de gobierno. Para ello comenzaremos con una breve introducción que describa el descontento de Platón ante la situación política de su época, para después dar paso a explicar la propuesta platónica que como veremos pasará por la educación.
Platón estaba sumamente descontento con la situación política que tuvo que vivir. No tenía confianza alguna en el sistema democrático, sobre todo tras la condena a muerte de su maestro Sócrates y la gran incompetencia de todos aquellos que habían adquirido el poder. (Aquí puede desarrollarse un poco más, teniendo en cuenta que el examen dura 1’30 minutos). Ante este descontento, Platón no se conformaba con una mera reforma política sino que lo que hace es proyectar un Estado perfecto o ideal.
Según este planteamiento debe definirse cuál es la propuesta platónica: una ciudad gobernada con justicia. Convendría introducir aquí el concepto de justicia en la polis como armonía de las tres clases sociales, donde cada una debe ocupar el lugar que le corresponde. En esta división tripartita (isomórfica con relación al alma humana), el filósofo es el que tiene que dirigir el Estado. Conviene explicar por qué este debe ser el encargado de hacerlo: es necesario que aquellos que sean capaces de conocer la ide de bien, aquellos que han sido educados adecuadamente gobiernen.
En el desarrollo de esta propuesta puede incorporarse ya el concepto de educación. Podemos (sólo mencionar) el mito de la caverna, en el que se muestra el paso de la ignorancia (sombras) al conocimiento (luz), en el que consiste precisamente la educación. El concepto de educación platónico es muy distinto al de los sofistas, porque para Platón no consiste ésta en imprimir conocimientos, sino de dirigir el alma convenientemente, desde lo que cambia hacia aquello que siempre es: las ideas. Sólo de ellas puede haber conocimiento, porque de las cosas sensibles sólo puede haber opinión.
La conexión con el intelectualismo moral es fundamental, constituye el núcleo de la redacción, (porque explica la “y” de los extremos del título de la redacción): quien conoce las ideas actúa de acuerdo con ellas; la virtud consiste en el conocimiento. La relación, pues, entre conocimiento y gobierno es clara. El buen gobernante, en tanto que conoce la justicia, actuará justamente. Llegar a conocer las ideas es fundamental. Para ello establece una especie de “currículum” académico que ha de seguir el futuro gobernante. Además de la gimnasia y la música propia de los guardianes, de los que son escogidos los gobernantes, habrá que prepararse en el estudio de las matemáticas, como preparación para la dialéctica, que sí será el estudio definitivo para el futuro gobernante.
Por cuanto se ha dicho, la dialéctica se presenta como la enseñanza que buscamos, aquella que, sin recurrir a nada sensible, nos conducirá de idea en idea, a la idea suprema: la idea de Bien.
En conclusión, sólo estarán capacitados para alcanzar una ciudad justa aquellos que teniendo una naturaleza apta para ello y recibiendo una educación adecuada alcancen el conocimiento de la idea de bien y justicia, para entonces plasmarla en la ciudad. El filósofo hará esto por amor a la sabiduría y no al poder.
(Aquí se podría dar acogida a alguna breve crítica al autor).
VALOR Y AL TORO. Si hay alguna duda podéis hacer preguntas en este blog, si puedo la responderé con mucho gusto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)