lunes, 14 de abril de 2008

RELACIÓN ALMA-CUERPO

Sócrates. - Mientras tengamos cuerpo y nuestra alma esté entremezclada con las miserias de éste, no podremos poseer jamás el objeto de nuestro deseo de una manera que nos satisfaga - y ese objeto, lo declaramos sin rodeos, es la verdad -. En efecto, el cuerpo nos produce mil preocupaciones por la necesidad que tenemos de cuidarlo, y si nos sobrevienen enfermedades nos vemos estorbados en nuestra búsqueda de lo real. El cuerpo nos inunda hasta tal punto de amores, de deseos, de temores, de imaginaciones de toda especie, de tantas futilidades, que, como en verdad se dice, todo pensamiento importante nos es robado por ese cuerpo.
Platón, Fedón, 66b-67b.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Sócrates enfoca este texto desde una visión dualista que considera que el principal objetivo (y necesidad) del alma (que asume claramente como un ente superior al cuerpo) es la búsqueda de la verdad, y por tanto sólo son relevantes aquellos pensamientos que conducen a ella, desdeñando todo sentimiento o reflexión que nos desvíe de esta meta. Como considera de carácter inferior los sentimientos y esta descripción no encaja con su percepción del alma, concluye que estos estados mentales (así como los físicos que ya, según él, dificultan el proceso) son fruto de un cuerpo imperfecto.
La pregunta es, ¿son pues el amor, el odio, la emoción, la empatía y todo este tipo de emociones, como dice Sócrates, producto de un cuerpo que mantiene atada al alma y totalmente ajenas a ella?
Sinceramente, yo creo que no. Sin tener una clara posición acerca del debate mente-cuerpo, si que considero que somos una sola unidad, aunque es cierto que la mente es algo que no responde a las propiedades de lo físico y no se puede por tanto definir como tal. Pero si algo tengo claro es que discrepo en el punto referente a los sentimientos con Sócrates, pues “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”) y creo que las emociones, así como los pensamientos transcendentales, son las que nos hacen saber que estamos vivos, que sentimos, que somos. Son nuestros estímulos.
Si sólo pudiésemos determinar nuestra existencia por pensamientos profundos y la búsqueda incesante de la verdad, muchos (entre los que me incluyo), no sabrían que están vivos.

KANT

Max Planck dijo...

No podría estar más en desacuerdo con este texto. Según entiendo de éste, el cuerpo es una especie de cuerda que ata a la mente sin dejarla expresarse, portador de "futilidades" que la embaucan y no dejan a los pensamientos fluir como deberían.

Estoy totalmente convencido de una cosa. Mente y cuerpo son uno, y aunque la mente tenga un tipo de funcionamiento distinto del cuerpo, éste es cuerpo porque la mente lo ha hecho a su imagen, una expresión exterior de algo que no es físico, pero que tiene su esencia en lo físico.

¿Qué es la "búsqueda de lo real", si no es mediante cuerpo y mente a la vez? ¿Acaso el cuerpo son dos piernas que nos mueven a lo largo de esta búsqueda? Yo creo que no, y estoy totalmente en contra de este dualismo radical, pues según este texto, cualquier cuerpo es bueno para una mente, y una mente en un cuerpo distinto del que ha sido concebida no es la misma mente, porque a mi ver, cuerpo y mente son UNO, indivisibles e imprescindibles ambos.

Le resto un punto señor Platón.

Jesús dijo...

Vivimos en un mundo de cuerpos físicos y nosotros mismos tenemos un cuerpo físico. Sin embargo, cuando hablo con ustedes, no me dirijo a sus cuerpos, sino a sus mentes. Así pues, además de un primer mundo, el mundo de los cuerpos físicos y de sus estados físiológicos, que designaré mundo 1, parece que existe un segundo mundo, el mundo de los estados mentales, que denominaré mundo 2. De este modo se plantea la cuestión concerniente a la relación de estos dos mundos: el mundo 1 de los estados o procesos físicos y el mundo 2 de los estados o procesos mentales. Esta cuestión constituye el problema cuerpo-mente. [...] Así puedo describirme a mí mismo como dualista cartesiano. De hecho, supero a Descartes: soy pluralista, ya que también acepto la realidad de un tercer mundo, que denominaré mundo 3. [...] Con la denominación mundo 3 me refiero, en líneas generales, al mundo de los productos de la mente humana.

Popper, El cuerpo y la mente, Paidós, Barcelona, 1997, pp. 35-36

Anónimo dijo...

Gracias Jesús por ofrecernos este texto de Popper que bien puede servir como entrada y texto a considerar también en clase.

EL PROFE

Anónimo dijo...

Aunque estoy en desacuerdo con Sócrates, no acepto en absoluto una idea manifestada por Planck (que es la siguiente, que para evitar malinterpretaciones copio textualmente): "Mente y cuerpo son uno, y aunque la mente tenga un tipo de funcionamiento distinto del cuerpo, éste es cuerpo porque la mente lo ha hecho a su imagen"
Discrepo de esta idea, puesto que considero que lo físico no está así dispuesto porque sea imagen de la mente, sino que aquí entra algo más concreto, que es la genética. De acuerdo con esto y con mi postura cercana al emergentismo, yo opino que la mente, surgida en el cuerpo, está determinada en parte por él. Así que no es la mente la que determina en el cuerpo, pero el cuerpo sí ejerce influencia en la mente (desgraciadamente, pero la sociedad siempre ha sobrevalorado el físico y esto es ineludible para cualquier ser humano).

KANT

Max Planck dijo...

No me has entendido bien, he querido decir, que puesto que la mente es invisible, el reflejo más claro de la mente es el cuerpo, no que la mente esculpe físicamente al cuerpo, lo dota de características, no el propio aspecto físico (que por supuesto tiene una carga genética).

Kant dijo...

Yo creo que son tal unidad que sería imposible definir cuál condiciona más a cuál. Ambas parte de la misma realidad influyen en la otra, son la otra, porque son una sola. Es cierto que el cuerpo influirá en nuestra mente, sentimientos, conducta; así como la mente permite exteriorizar estos sentimientos y pensamientos a través del cuerpo.

(Me he hecho blog ya que era más cómo y seguro a la hora de participar).