miércoles, 2 de abril de 2008

¿SOMOS LIBRES?

El problema del determinismo, por supuesto, está vinculado estrechamente en la historia de la filosofía con el problema del libre arbitrio. ¿Puede elegir el hombre entre diversas acciones posibles o la impresión de que tiene libertad para elegir es sólo una ilusión? No haremos aquí un examen detallado de esta cuestión, porque en mi opinión no la afecta ninguno de los conceptos o teorías fundamentales de la ciencia. No comparto la opinión de Reichenbach de que, si la física hubiera conservado la posición clásica del determinismo estricto, no podríamos hablar con sentido de efectuar una elección, expresar una preferencia, tomar una decisión racional, ser responsables de nuestros actos, etc. Creo que todas esas afirmaciones tienen pleno sentido, aun en un mundo que sea determinista en sentido fuerte. La posición que rechazo, la posición sostenida por Reichenbach y otros, puede ser resumida del siguiente modo. Si Laplace tiene razón -esto es, si todo el pasado y el futuro del mundo están determinados para todo corte transversal del mundo- entonces la palabra «elección» no tiene sentido. El libre arbitrio es una ilusión. Creemos que realizamos una elección, que adoptamos una decisión; en realidad, todo suceso está predeterminado por lo que sucedió antes, inclusive antes de nacer nosotros. Para dar sentido al término «elección», pues, es necesario apelar a la indeterminación de la nueva física. Objeto este razonamiento porque creo que contiene una confusión entre la determinación en un sentido teórico, en el cual un suceso está determinado por un suceso anterior de acuerdo con leyes (lo cual no significa más que predictibilidad sobre la base de regularidades observadas) y la compulsión. Olvidemos por un momento que, en la física actual, el determinismo, en el sentido más fuerte, no es válido. Pensemos solamente en la concepción del siglo XIX. La idea de la física más aceptada comúnmente era la enunciada por Laplace. Dado un estado instantáneo del universo, un hombre que poseyera una descripción completa de este estado, junto con todas las leyes (por supuesto, tal hombre no existe, sino que se supone su existencia), entonces podría calcular todo suceso del pasado o del futuro. Aun cuando rigiera esta versión fuerte del determinismo, no se desprende de ella que las leyes compelan a nadie a actuar como lo hace. Predictibilidad y compulsión son dos cosas totalmente diferentes. Para explicar lo anterior, consideremos el caso de un prisionero encerrado en una celda. Quisiera escapar, pero está rodeado de gruesas paredes y la puerta está cerrada con cerrojo. Ésta es una verdadera compulsión. Se la puede llamar una compulsión negativa, porque le impide realizar algo que quiere hacer. Existe también una compulsión positiva. Supongamos que una persona es más fuerte que otra y que ésta tiene una pistola en la mano. Quizás no quiere usarla, pero la primera toma su mano, apunta con la pistola a alguien y presiona sobre el dedo de la segunda hasta que la obliga a apretar el gatillo; la primera persona obliga a la segunda a disparar, a hacer algo que no quiere hacer. La ley reconocerá que el responsable no es la segunda persona sino la primera. Es una compulsión positiva en un estrecho sentido físico. En un sentido más amplio, una persona puede obligar a otra con toda suerte de medios no físicos, por ejemplo, amenazándola con terribles consecuencias. Ahora bien, comparemos la compulsión en sus diversas formas con la determinación en el sentido de la existencia de regularidades en la naturaleza. Se sabe que los seres humanos poseen ciertos rasgos de carácter que dan regularidad a su conducta. Tengo un amigo que es sumamente afecto a ciertas composiciones musicales de Bach que raramente se ejecutan. Me entero de que un grupo de excelentes músicos ofrecerán una audición privada de obras de Bach en la casa de un amigo y que en el programa figuran algunas de esas composiciones. Se me invita y se me dice que puedo llevar a alguien. Llamo a mi amigo, pero ya antes de hacerlo estoy casi seguro que él querrá ir. ¿Cuál es la base sobre la que hago esta predicción? La hago, por supuesto, porque conozco su carácter y ciertas leyes de la psicología. Supongamos que él viene conmigo, como yo había esperado. ¿Se vio obligado a ir? No, fue por su propia voluntad. En realidad, nunca es más libre que cuando hace una elección de esta suerte. Alguien le pregunta: ¿Fue usted compelido a ir a ese concierto? ¿Alguien ejerció sobre usted algún tipo de presión moral, por ejemplo, diciéndole que los músicos se ofenderían si usted no iba? «En modo alguno», responde. «Nadie ejerció la más mínima presión. Me gusta mucho Bach. Tenía muchas ganas de ir. Ésta fue la razón por la cual fui al concierto». La libre elección de este hombre es compatible, sin duda, con la concepción de Laplace.

Rudolf Carnap.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Inauguremos este blog con un debate muy interesante: ¡la libertad humana! ¿Realmente somos libres? ¿Realmente todo lo que expresemos aquí, en este debate y a partir de ahora, surge fruto de una libertad absoluta que nada tiene que ver con una personalidad predeterminada, un yo predeterminado por ningún tipo de circunstancia limitadora?
Yo creo que no. Pero yo creo que la razón que defiende mi postura está mucho más allá de la física, está en nuestra propia condición humana. Así como somos algo más que animales por nuestra capacidad de razonar, estamos mucho más allá de las leyes físicas que establecen un orden en el mundo material. Pero, y no con intención de reabrir el debate que espero que se reabra más adelante acerca de la cuestión mente-cerebro, como hemos señalado últimamente, mente y cerebro, a pesar de su conexión, no son lo mismo. La mente, el complejo entramado de consciencia, conciencia, inconsciencia y sobretodo, de razón, está más allá del mundo material (si bien es verdad que sin él, considero, no tiene sentido), y aunque está conectado en todos los sentidos a este a través del cuerpo y profundamente unido a éste, no tiene dimensiones, no está determinada por ningún tipo de número ni de magnitud, y por tanto no está condicionada directamente por las leyes naturales. Tan sólo el cuerpo, pero no son lo mismo. Y afirmar que nosotros mismos y nuestros actos están determinados por las leyes físicas, es infravalorarnos, es reducirnos al mero cuerpo, es matar nuestra esencia, lo que nos hace humanos.
Pero ya he dicho que creo que no somos libres. Y creo que no somos libres porque estamos absolutamente condicionados por nuestra cultura y todas las manifestaciones de la misma que nos influyen (economía, política, estética, sociedad, prejuicios, tradición, etc, etc, etc). Y nuestras reacciones, nuestras respuestas, nuestras acciones y decisiones, no son más que el resultado de la colisión provocada por un hecho o una cuestión entre todo lo que conforma la cultura que nos rodea y nuestro carácter, fruto de la educación y las circunstancias en las que nos hemos desarrollado. Por ejemplo, una persona que haya crecido en circunstancias muy estrictas pero haya sido educada para que tenga un carácter fuerte, seguramente tratará de responder contra el sistema como consecuencia de la represión a la que se ve sometido y no puede salir (en otras palabras: alguien que tenga unos padres muy estrictos y un carácter muy fuerte, luchará contra todo el sistema (económico, político, educativo, estético, etc), para compensar la represión a la que se cree estar sometido). ¿Es libre de pensar lo que piensa? En realidad no ha tomado la decisión de sus circunstancias ni su educación, por lo menos en su infancia, por lo que no ha sido totalmente libre a la hora de establecer su carácter y no lo es del “inevitable” resultado de la confrontación cultura-yo. No quiero decir que su primera percepción de la verdad de la cuestión planteada sea la que ha de escoger, seguramente tendrá un amplio espectro, o esta percepción evolucione a lo largo de su vida (solidariamente con la evolución del individuo), pero sí afirmo que la que tome como cierta en cada momento será inevitablemente por la suma de los factores anteriormente nombrados, de los que, como todos estamos de acuerdo, no somos (en su mayoría) responsables, no están determinados por nosotros, por lo que no somos libres de elegir el resultado de este tipo de “operaciones” a las que nos vemos sometidos constantemente.


KANT

Anónimo dijo...

Gracias Enmanuel creo que planteas bien la cuestión de la libertad que abordaremos en clase próximamente.Vamos a ver si alguien decide entablar un diálogo contigo.

EL PROFE

Thomas Hobbes dijo...

Buenas!!! bueno antes de nada me gustaría decir que no se si he entendido bien el texto porque es verdad que hace mucha referencia a Laplace, creo que lo que intenta hacer es contradecirlo; bueno despues de este parentesis me gustaría dar mi propia impresión:

Yo creo ante todo, y a pesar de la argumentación del texto, en que no existe la libertad, digamos que la libertad yo la concibo como una pared que impide al hombre ver la realidad de su existencia, es decir,como si el mismo viviera en un sueño del que no puede despertar y que le impide ver las cosas tal y como son. Bien es cierto que estamos condicionados por la sociedad, por los medio de comunicación y por no hablar de la presión de grupo la cual a pesar de que no nos demos cuenta afecta mucho en nuestras decisiones, pero ese es un tema aparte, lo que quiero decir es que en el caso hipotético de que pudiesemos llegar ha aislar a un individuo de todos los "estimulos" que recibe del exterior siempre va estar condicionado por sus propios y únicos estimulos de los que no es consciente, con esto no estoy defendiendo que haya estimulos propiamente nuestros porque el hecho de estar aislado ya lo es en sí, ese individuo llegará a odiar a todo el mundo y se convertirá en un ser más egoísta que el resto de las personas avaro e independiente y este hecho no es porque lo lleve en los genes ni mucho menos sino porque ha estado sometido a una serie de circunstancias que le han llevado a ser como es.
La gente que cree en la libertad vivirá más feliz y sin complicaciones ya que estarán metidos en su propia ficción pero la realidad es que ni ellos han decidido sobre su edu8cación ni sobre el país en el que nacieron ni nada. Entoncés ¿se puede decir que alguién puede llegar a ser libre? Creo que sí pero más bien si concebimos la palabra "libre" no con el significado que aparecerá en el diccionario sino más bien como un sentimiento "SI TU TE SIENTES LIBRE SERÁS LIBRE" y esto es porque como he defendido anterior mente la libertad es vivir en un sueño, en una especie de utopía a la que nadie puede llegar pero que si que es cierto que nos hace sentirnos mejor y el hecho de llegar a ella es lo que en cierto modo motiva nuestra evolución, ¿Por qué si no estalló la revolución francesa?
"LIBERTÉ" pues ese es el sentido de nuestra vida y todo gira en torno a esa enrevesada pregunta que es capaz de llevarnos hasta la locura y a partir de esa pregunta podemos llegar hasta el más mínimo detalle de la esencia humana ya que la libertad esta ligada con el alma la diferencia entre alma y cuerpo el alma es "un algo" libre al contrario que el cuerpo al que esta sujeto que es su carcel. La lógica si pensamos un poco nos llega a decir que siempre vamos a estar influidos por algo y jamás seremos libres ¿Pero a caso no es bonito decir "libertad", "ya soy libre"? es algo casi romántico es el sueño, el fin, el propósito de todo hombre.
Yo no creo que sea libre pero admiro a la gente que lo cree pues ellos serán libres interiormente puesto que viviran sin complicaciones y felices, me gustaría en cierta manera ser de ese tipo de personas pero ante todo creo que hay demasiadas preguntas que resolver como para que nuestra mente pueda tomarse unas vacaciones como esas, pero... es bonito soñar...

Eros dijo...

En mi opinión nuestras acciones estan influencciadas por el pasado y el futuro, pero tambien nos influye el presente, porque siempre que tomes una decisión, esta,va ha estar condicionada por la opinión de las personas que te rodean, por muxa personalidad que tengas y por mucho que digas que no te importa lo que opinen los demas, y esto es debido a la sociedad en la que nos encontramos.
Mi conclusión es que no existe una libertad completa simplemente porque nos la negamos los unos a los otros (inconsciente o conscientemente).

Anónimo dijo...

Yo creo que a la pregunta de si somos libres habria que sustituirla por: ¿nos interesa ser libres?, la libertad esta presente siempre en nuestras vidas, incluso aunque nos apunten con un arma en la cabeza tendremos la posibilidad de decidir morir a hacer lo que el dice. Si no como explicar los triunfos o logros de las revoluciones sociales a lo largo de la historia hasta llegar al dia de hoy, el hecho de ser capazes de moriri por algo o alguien es la maxima expresion de la libertad de una persona que esta decidida a traspasar las barraresa biologicas como la supervivencia por algo decido sin ningun tipo de coaccion.

Claro esta que ser libre significa al mismo tiempo mas responsabilidades cosa que a muypoca gente interesa e aqui una de las razones del sitema democratico estatal actual, en donde no se nos arrebata al completo la libertad dandonos el derecho a voto, pero al mismo a tiempo todos nos aseguramos de ceder gran parte de nuestra libertad para no tener que cumplir con tantas responsabilidades como las que tendriamos si gozaramos de total libertad.

P. Kropotkin

Anónimo dijo...

Con respecto a vuestros últimos comentarios, he de decir que discrepo de los que opinan que estamos condicionados por nuestro futuro. Creo que es evidente que nuestro pasado, como expuse con anterioridad, influye en nuestro presente porque determina quiénes somos, pero nuestro futuro será determinado en su momento porque nuestro pasado y lo que es ahora nuestro presente. Por tanto diré que no es el presente el que está condicionado por el futuro, sino que es el futuro el que será condicionado por nuestro presente actual, que formará parte de nuestro pasado en ese futuro indefinido.
Añadir también que aunque como ya señalé en mi primer y único comentario, creo que no somos libres porque estamos determinados por unos factores que nosotros no pudimos decidir (y esto sigue explicado por una no breve teoría, a la que creo debería remitir para poder darle sentido a este nuevo comentario). No determinamos nosotros cuáles serán nuestros impulsos ni nuestras respuestas, pero SÍ QUE TENEMOS QUE LUCHAR por poder ser libres de ser quiénes somos, por ser libres de poder desarrollarnos como individuos y de alcanzar plenitud como humanos. Porque el hecho es que, libremente o no, somos quienes somos, tenemos las ideas que tenemos y tenemos la responsabilidad de luchar por ello. Por unos derechos, por una dignidad y por poder ser libres en todos los aspectos.
Quizás no determinamos quiénes somos, quizás las circunstancias no las impusimos nosotros, pero SOMOS. Y somos libres de serlo.

KANT

PD. Como último detalle señalar que el hecho de estar determinados en gran parte por unas circunstancias que no han dependido de nosotros, no nos arrebata la posibilidad (y con ello la libertad) de cuestionarnos, de ser autocríticos, abiertos a una realidad exterior con la que poder entrar en contraste y juzgarnos así a nosotros mismos. Sujetos a unos mismos patrones y dentro de un mismo marco, somos responsables de nuestras acciones y sería mentirnos afirmar que la responsabilidad está más allá de nosotros.

Max Planck dijo...

Interesante tema, pero creo que deberíamos reservarnos para cuando demos este tema en profundidad en clase.

En mi opinión, cada uno es libre de tomar sus propias decisiones, siempre alguien podrá decidir entre hacer algo y no hacerlo, desde comer un caramelo o no, hasta elegir si ceder a un chantaje o no. Sólo depende de cada uno.

Otra cosa son las circunstancias que rodean a esas decisiones. El ser humano, por su naturaleza, siempre tiende a compararse con los otros, a verse a sí mismo como lo verían los demás; el ser humano es débil, es vergonzoso, es vengativo, es egoísta, es acaparador.

Es precisamente ésto lo que nos diferencia, el grado en el que estas variables nos afectan y forman parte de nuestro ser: una persona débil moralmente puede ser destrozada por alguien con intenciones manipuladoras, igual que una fuerte no será susceptible de ser manipulada.

Con esto quiero llegar a que cada uno es libre de sus actos, algunas personas se sentirán más libres porque no se sienten obligados a hacer nada por nadie, y otros pasarán de puntillas por la vida delegando sus responsabilidades en otro, obedeciendo cualquier orden o petición, pero porque él ha decidido ser así.

Una persona puede mostrar su forma de ser a los demás si quiere o no, la sociedad puede influir, claro que sí, ¿pero no eres tú al fin y al cabo el que te sientes aceptado o no? ¿Te sientes menos libre que los demás, o nos regimos todos por la misma definición de libertad? ¿Acaso los demás son más libres que tú?, desde el momento que piensas que no eres libre, seguro que sí.

Es imposible perseguir la libertad pensando que ésta es una utopía, o se es libre, o no se es, no se es libre para unas cosas y para otras no. Si eres libre para decidir si mañana desayunarás tostadas o galletas, también lo serás para decidir si llevas los calcetines por encima de los pantalones, o cualquier otra cosa. La única barrera que nos ciega somos nosotros mismos, si bien la presión es desproporcionada a veces, me remito a lo que ya he dicho: lo que nos diferencia en nuestra libertad es el grado en el que dejamos que nos afecten esas "variables".

Respondiendo a las respuestas de mis compañeros, no creo que negar una supuesta dualidad mente-cerebro sea negar a su vez nuestra esencia como personas, no tiene nada de malo pensar que nuestro cerebro es una entidad física, y que las actividades mentales sean consecuencia de fenómenos físico-químicos. Es más, nuestro cerebro no es mucho más diferente que el de otros animales, es el tener un genoma mucho más complejo y rico, ese pequeño porcentaje que nos diferencia de las ratas es el que da a Mozart, Einstein, Arquímedes, Cervantes o Jack el Destripador. No es infravalorarnos el pensar que nuestros actos tienen un origen físico, deberíamos dar gracias porque esta sustancia física es lo suficientemente perfecta y compleja como para poseer un lenguaje articulado, porque no se puede decir que un Australopithecus Afarensis no tenía una entidad espiritual y nosotros sí, pues tan solo nos diferencian "pocas" generaciones de maravilloso desarrollo evolutivo.

PD: este post lo envié ayer, pero mi internet debió volverse loco en ese instante y no se mandó. Por suerte guardo en un Word todos los comentarios que hago hasta que finalmente son publicados, ya que he tenido experiencias desagradables en otros blogs por la misma razón. Recomiendo encarecidamente que lo hagáis, a no ser que os guste escribir lo mismo dos (o más) veces.

Anónimo dijo...

Creo que la clase de hoy (en la que nos hemos dedicado a dar una definición clara de libertad) ha sido muy importante para darle una orientación clara a este debate y para que seamos capaces de determinar correctamente aquello a lo que nos referimos.
Lo único que quiero añadir, matizando mis comentarios anteriores para evitar confusiones al respecto, es que creo en la existencia y en la posibilidad de llegar a la libertad externa y denuncio que nosotros somos responsables de llegar hasta ella, y la existencia de la libertad interna dentro del marco que queda abierto más allá del límite que nosotros nos imponemos. O que nos ha sido impuesto, pues nosotros no somos libres de ser quienes somos. Siempre podemos elegir, siempre podemos decidir (dentro de nuestro espectro de respuestas a un estímulo) y cuando delegamos nuestras responsabilidades sobre alguien, también lo estamos decidiendo.
Aclarando un comentario que hace Planck al respecto de la dualidad, personalmente no niego que existencia una sola realidad, la física, pero mi postura está más cerca del emergentismo, que sostiene que es la mente la que surge en la materia aunque no puede identificarse con ella. Como bien han dicho, no somos tan diferentes de otras especies, y sea lo que fuera (pues no soy experto en anatomía ni mucho menos) aquello que nos hace diferentes al resto de seres humanos solo es la puerta a algo que va más allá de un producto químico.

KANT

Ortega y Gasset dijo...

Las circunstancias influyen en la persona: genéticas, de salud, culturales, económicas...pero como dijo Ortega y Gasset: “Soy yo y mi circunstancia, y si no salvo mi circunstancia no me salvo yo”. Con esto discrepo con Kant, en que sí, es verdad que las circunstancias influyen, pero no creo que sean determinantes. La libertad de una persona es justamente transformar la realidad de esas circunstancias.

Ante la pregunta de si somos libres, P. Kropotkin, realizó otra que era “¿nos interesa ser libres?”. Como respuesta a esto, no es si nos interesa ser libres, si no hasta qué punto. Cómo evaluamos la libertad, cómo se mide, ¿hay gente más libre que otra? ¿la paz interior es la máxima libertad?...

Yo creo que sí que somos libres, o que si que podemos alcanzar una libertad interna, el problema reside, en si somos capaces de sacrificar por ella, si evaluando los pros y los contras, sale rentable, alcanzar esa libertad, porque es mucho más fácil, una vida sin problemas, sin plantearse las cosas, que te lo den todo hecho como dijo Kant (el filósofo) de la ilustración, “¡es tan fácil que te lo den todo hecho!” ¡Hay que aprender a pensar por uno mismo!, porque si no te dominan...