domingo, 4 de mayo de 2008

¿SOMOS LIBRES? (III)

Todos los hombres se piensan libres en cuanto a la voluntad. Por eso los juicios todos recaen sobre las acciones consideradas como hubieran debido ocurrir aun cuando no hayan ocurrido. Sin embargo, esta libertad no es un concepto de experiencia, y no puede serlo, porque permanece siempre, aun cuando la experiencia muestre lo contrario de aquellas exigencias que, bajo la suposición de la libertad, son representadas como necesarias. Por otra parte, es igualmente necesario que todo cuanto ocurre esté determinado indefectiblemente por leyes naturales, y esta necesidad natural no es tampoco un concepto de experiencia, justamente porque en ella reside el concepto de necesidad y, por tanto, de un conocimiento a priori. Pero este concepto de naturaleza es confirmado por la experiencia y debe ser inevitablemente supuesto, si ha de ser posible la experiencia, esto es, el conocimiento de los objetos de los sentidos, compuesto según leyes universales. Por eso la libertad es sólo una idea de la razón, cuya realidad objetiva es en sí misma dudosa; la naturaleza, empero, es un concepto del entendimiento que demuestra, y necesariamente debe demostrar, su realidad en ejemplos de la experiencia.
De aquí nace, pues, una dialéctica de la razón, porque, con respecto de la voluntad, la libertad que se le atribuye parece estar en contradicción con la necesidad natural; y en tal encrucijada, la razón, desde el punto de vista especulativo, halla el camino de la necesidad natural mucho más llano y practicable que el de la libertad; pero desde el punto de vista práctico es el sendero de la libertad el único por el cual es posible hacer uso de la razón en nuestras acciones y omisiones; por lo cual ni la filosofía más sutil ni la razón común del hombre pueden nunca excluir la libertad. Hay, pues, que suponer que entre la libertad y necesidad natural de unas y las mismas acciones humanas no existe verdadera contradicción; porque no cabe suprimir ni el concepto de naturaleza ni el concepto de libertad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hacer un comentario en este recuadro deja de ser un acto libre en el justo momento en el que el encabezamiento del mismo pone "haga su comentario". Se que es bastante rebuscado pero es un comienzo. La libertad absoluta, en mi humilde opinion, no existe, no es mas que una simple utopia creada para "controlar" a aquellos que se crean libres al 100%.
De hecho no deberia existir una libertad sin control, tal y como decia Antonio Canovas del Castillo, politico español del siglo XIX : "La libertad sin una autoridad fuerte e incólume, no es libertad al cabo de poco tiempo, sino anarquía".
Todo ha de seguir un orden, tal vez ese orden rompa la definicion de libertad, o quizas la creencia de qué es la libertad, pero por algo tenemos la capacidad (bendita o maldita segun quien la emplee) de pensar y razonar, para saber guiar de forma correcta y ejemplar a una sociedad, sin llegar ésta a ser controlada.

Anónimo dijo...

Hay que distinguir entre libertad y libertinaje, sin el estado los hombres entraríamos en un descontrol total , la sociedad y el estado son creados por la masa para el control de esta , como ya defendían Hobbes y Freud. Es imposible una libertad al 100%, SIEMPRE estaremos controlados por el poder,presente no solo en la figura del estado sino en muchas otras , este poder coaccionará nuestras acciones pero indudablemente es posible rebelarse contra él.
Es dificil conocer la verdad y debido a esa dificultad es más dificl aún ser libres pues ¿como sabrémos si alguién nos controla?¿como sabemos que no somos meros títeres de un ente superior?.Uno libertad a felicidad sin embargo esta es alcanzable de forma distinta según la sociedad (es por ello que critico la globalización cultural) mientras que quizas para la europa occidental poder ser libre sería liberarse del mundo y tener poder económico las sociedades orientales buscan la libertad en otro plano,mucho más mundano. "No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita"