lunes, 2 de enero de 2012

¿ES POSIBLE EL CONOCIMIENTO OBJETIVO? OLIMPIADA DE FILOSOFÍA

          Decía Teofrasto que el conocimiento humano, encauzado por los sentidos, podía juzgar las causas de las cosas hasta cierto límite, pero que, al llegar a las causas supremas y primeras, había de detenerse y atascarse, en virtud de su debilidad o de la dificultad de las cosas. Es una opinión moderada y suave que nuestra capacidad pueda conducirnos hasta el conocimiento de algunas cosas y que posea ciertas medidas de potencia, más allá de las cuales es temerario emplearla. Tal opinión es plausible, y la introduce gente conciliadora. Pero es difícil ponerle límites a nuestro espíritu; es curioso y ávido, y no tiene ningún motivo para detenerse a mil pasos mejor que a cincuenta. Ha comprobado por experiencia que en aquello en lo cual uno había fracasado, otro ha tenido éxito, y que aquello que un siglo desconocía, el siglo siguiente lo ha aclarado, y que las ciencias y las artes no se forjan en un molde, sino que se forman y modelan poco a poco, manejándolas y puliéndolas muchas veces, como los osos dan forma a sus cachorros lamiéndolos lentamente. Aquello que mi fuerza no puede descubrir, no dejo de examinarlo y de ponerlo a prueba; y a fuerza de probar y amasar la nueva materia, de removerla y calentarla, abro a quien me sigue cierta facilidad para que la posea más a sus anchas, y se la hago más dúctil y manejable (…) Lo mismo hará el segundo a favor del tercero. Por lo tanto, la dificultad no debe desesperarme, ni tampoco mi impotencia, porque sólo me atañe a mí.
Michel de Montaigne. Los ensayos. Libro II, capítulo XII. (págs. 839-, ed. Acantilado)

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